Quedan pocas semanas para que los ciudadanos hablen en las urnas pero ¿los ayuntamientos y gobiernos locales escuchan y conversan antes y después de la cita electoral? Por otro lado, ¿el ansiado open government se puede/debe canalizar o complementar con el uso de las redes sociales?
La Web Social proporciona las herramientas y el contexto ideal para que las organizaciones escuchen, informen y conversen con su público. El interlocutor principal es, en el caso de los ayuntamientos, el ciudadano, y parece que muchos consistorios y responsables políticos se han lanzado en una carrera contrarreloj para ocupar un espacio del que no querían saber nada hasta hace poco. El miedo a exponerse, a recibir críticas, ha frenado en gran medida la presencia de las administraciones públicas en canales como Facebook o Twitter.
Con el fin de radiografiar este contexto, hemos preguntado a un grupo de expertos sobre cómo y de qué manera están gestionando la comunicación 2.0 los ayuntamientos y qué características deberían primar en esa labor. Por ello, a lo largo de las próximas semanas publicaremos una serie de entradas con estructura de cuestionario y bajo el nombre de Voz y voto. El grupo de expertos está compuesto por profesionales de la comunicación institucional y política, profesores universitarios, analistas y consultores en temas de social media.
Los cuestionarios fueron realizados el verano pasado y son fruto del proyecto final de carrera realizado por Luis López Cuenca (coordinador de Comunica2.0) y que fue dirigido por la doctora Marga Cabrera (directora del congreso). Ahora han sido actualizados y revisados por los especialistas consultados para su publicación en este blog.
Entre otras cuestiones, sabremos cuáles son las ventajas e inconvenientes para un ayuntamiento de establecerse en la web 2.0 o quién debe gestionar estos canales. También hablamos sobre qué herramientas utilizar, cómo actuar ante las críticas o cuáles serán las claves de la comunicación institucional en un futuro próximo.
En definitiva, vamos a intentar conocer si los ayuntamientos y sus gestores políticos están preparados para dar al ciudadano voz y voto y bajo qué reglas de juego debería regirse la conversación.




























